miércoles, 20 de marzo de 2019

Las ratas circulan por el techo

Las ratas circulan por el techo.
Yo pienso en un grupo de pibes que conocí de viaje;
El reparto de roles cuadriculado a la perfección
Como una obra
Que tratara de unos flacos en un viaje
Por Bolivia
El chistoso, el fachero, el que siempre está drogado y convidando
El lenguaje cómplice de gestos
Desde afuera incomprensibles
Recuerdo
Fumar con ellos en un puente
Colgado sobre un muro de colmillos gigantescos
Y la obra de pronto cobra un giro
Y ya no sé si la estoy viendo
O me desarmo en ese punto en el que escriben mis respuestas desde afuera
Y digo bien
Digo si
Digo yo también estoy borracho en esa esquina de la noche coloreada
Con la mano humeando como un poder
Sobre el bicho ilimitado que se mueve bajo el puente
y su aliento de veneno
que me levanta en peso
y me humedece los mapas que tengo en la mochila
digo bien
digo no
digo nunca estuve para siempre detenido en esa página que dicen
ni conozco esa vitrina con mi nombre
ni me suenan familiares esas máscaras de asco
o la mesa de luz como un barquito a la deriva
digo
tengo miedo
yo sí tengo miedo
de que ésta herida sea incorregible
de que el monstruo indiscutible que se enrolla bajo el puente
me huela una vez más
y de repente
me caiga de la obra
en el espacio ilimitado entre las líneas
en la tensión insoportable del pecho como un arco detenido antes de tiempo.

domingo, 7 de enero de 2018

Poema navideño

La primera vez
que escuché la puerta del vecino
alguien me dijo
"tranquilo
son los de al lado".
Hoy la luna está redonda como un plato.
La acción repetida es repetida en silencio,
y la puerta del vecino es ya hace mucho la puerta del vecino.
La gata se estira como una medialuna
y me mira fuerte fuerte,
pero nunca tan fuerte como una palabra sola.
En la casa los silencios son muchos y distintos.
Los hay llenos hasta el borde.
Hay silencios que parecen querer decirse a cada minuto
como un nene.
Están también los pesados, los muy parecidos a las nubes,
los tranquilos, los dolorosos.
Están los silencios navideños, los de todos los días, los silencios de lujo,
los borrachos, los cansados.
La gata abre la luz con una pata, hace equilibrio sobre un fósforo,
me mira y me dice la última oración de todos mis libros.
La gata es un fantasma hermoso que nada en un fantasma horrible.
Al lado las lucecitas del vecino prenden y apagan erráticamente.

Intento
sin éxito
encontrar un patrón
antes de dormirme.

miércoles, 23 de abril de 2014

Pequeña imagen


Pequeña imagen:

Un zorro de barro oculto
en un arbusto rojo
con la ferocidad del estreno,
todavía
su saliva es la llave secreta de los rincones negros.
Un zorro de barro
camina por mi mente,
silencioso
deja su libro de pisadas
en mi vientre
sacude una cola de todas las banderas juntas
y vuelve insoportable
el murmullo de la noche que se vuelca
lentamente por el techo de la casa,
que recorre despacito el canal de las baldosas
con su vino frío hasta las lágrimas.

Un zorro de barro
con su corona de lunas subterráneas

vaga por mi cuarto,

me mira fijo fijo.

Viene a darme las buenas noches
para que no pueda dormirme.

miércoles, 21 de agosto de 2013

La noche

La noche

Es un fósforo apagado con mi sangre.

Ahora, perdido en los pasillos del alcohol
Repito hasta dormirme los nombres de todos mis muñecos
Y una radio rota hace tiempo
Libera un calor tímido de ubre.

De nuevo brota
El veneno indescifrable de las horas por delante
Y un cráneo de ángel fisurado
Rebota de escalón en escalón
Hasta la base de mi cama.

Afuera el viento necesita a los gritos
Un vestido

y el buho existe alternadamente con las luces de los autos.

La noche
Es un fósforo encendido entre mis sábanas.

Lejos
Tu silencio continúa

Dibujando

Peces transparentes
Que revuelven


El espejo de mi insomnio.

miércoles, 2 de febrero de 2011

4

Saber
llevarte abejas a la boca,
la ciudad en llamas que sobre el pecho resiste
en pié,
oscura lengua de amnesia
trepando mi espalda.


En algún lado, alguien saca una araña del agua
y es mi culpa.

Me olvidé. En un armario.
En la parte alta de un tobogán.
En la ropa tirada que forma sobre las cosas una quemadura blanda y triste.


No quiero que me escuches zumbar en el silencio,
en la molienda enferma de mi voz
que esparce un círculo en el agua.




Era necesario una luna difícil
que me temblara en los pulmones.

viernes, 3 de diciembre de 2010

3

Corro.


La marioneta presa de los huesos
baila penosamente,
en determinado momento cae sobre el asfalto

un jarrón detonado que vuelca todas sus flores,
agujas de plata cantando a la luna su voz sinusoide.


Los autos empujan un dique de miel con el hocico.
Corren a lamer tranquilamente el cemento a la sombra de un buque dorado.


Yo corro para los búhos que giran a mirarme.
Para dejar en la calle el mapa incoherente de mis huesos.


La luna baja una escalera de harina entre las hojas
intermitente y aguda,
y un oleaje de vidrio molido rebalsa el hocico de todos los perros.

La luna es poco más que un fantasma conocido.



Me alejo. Me alejo cada vez.

Corro para abajo.

Corro para romper con la cabeza el espejo estúpido de los grillos.

El balazo inmóvil del mañana.



Corro arrastrando dos alas deformes por el piso.




Pronto,



la noche abrirá para mí sus piernas.

jueves, 2 de diciembre de 2010

2

Una gota que deja de caer en un charco que deja de estar
y la lana perfumada donde apoyo la cabeza a la hora del silencio.

Una urgencia playa,
donde los pájaros beben sin miedo
toca uno por uno los timbres del libro.

Las ventanas estiran el triángulo gomoso de su voz.
Reclaman mil monedas perdidas.



Sobre mi silla, el té se enfría.
El humo se va acortando como una bandera en llamas.



Debo decir algo de mí.

Algo que me devuelva mi rostro.



Debo encontrar una pequeña ventana en el pecho para mirarme.



Debo encontrar una pequeña ventana donde apuntar las piedras.

martes, 23 de noviembre de 2010

1

Voy a apretar los dientes y los puños,
voy a aplastar el cráneo de oveja que se abre en flor
con el sol verdoso del miedo,
voy a ser de nuevo mi piel y mis manos, mis labios de luna seca.



Empujado hasta un país de plumas,
despertaré de entre los lirios
con un oro rojo bajo la lengua,
hermoso y helado.



Pero el beso es un paño de fuego sobre la boca,
y las corolas buscan abrirse
y duelen como muslos fundidos a la altura del sexo,
y una fiebre cansada y en blanco posa
su mano de alcohol en mi hombro.



Voy a volver a la tierra en un ancla de cobre,

voy a ser de nuevo el fantasma de hiedra
que por la noche besa a las estatuas.


Voy a abrir el cofre de todos los perros dormidos,
voy a volver a la luna en un aullido.


Voy a apretar los dientes y los puños,



a sangrar en voz muy baja.

sábado, 31 de julio de 2010

Servilleta

                                                                        A Bárbara

Quisiera
leer en tu frente
un ala de arena,


el camino de hormigas en llamas
de tu boca
en mi boca.



Quisiera,
quisiera tanto,
caer en vos
y morderme la lengua,
tu pelo una momia de azúcar sobre mi rostro.



Hoy desperté con un sol tan hueco,
el motor preciso del café en los movimientos,
la gota perdida que marca una luna de barro
en la comisura del labio.



La hierba de azúcar quemada que te crece por el cuello.
Tu forma cansada de cerrar los ojos cerca de las doce.


El pozo de sal en el fondo del beso.



Quisiera
quemar
de cuajo
ésta ciudad de minutos boquiabiertos,

clausurar el portal del bostezo
por donde escapan a pequeños saltos
todos los zorros de la tarde.



Quisiera

sólo verte

a la vuelta de éste espejo
insoportable
que se volvió el invierno.

martes, 20 de abril de 2010

Lo que quede de la tarde III

                                                                               A Lucía


De lejos


quisiera que fueras tres veranos menos,

la humareda de sangre sobre las sienes.



Hoy casi te necesito.


Una pantera de mármol se frota en silencio contra mi pierna,
yo ni siquiera canto.




Hay un vértigo lento en el borde de tu ausencia.




Un libro pinchado que riega mi cama de letras.




Y tus manos finas,


las velas que crecen por toda la luna.

jueves, 25 de marzo de 2010

Pregón

Te hubiera dejado
ésta vez
desafilarme
la punta de los dedos,
descargarme
el calibre de los ojos
desanudarme
la copa espesísima del pecho,
la asmática pereza
del árbol de mí mismo.



Me hubiera mostrado solícito a tu hambre,
te hubiera servido en bandeja mis manos
derretidas en tu vientre,
mis uñas arando
y mi lengua que repta las paredes de la pieza
erosionando
una multitud de silencios
desafinados.



Me hubiera dejado consumir mansamente
como el llanto del tabaco
como ésta hoja fluoresciendo entre las llamas,
como la pena atragantada


de callarse

tu nombre

por la noche,




de taparse desesperadamente los ojos
en frente de los cuervos.

lunes, 8 de marzo de 2010

Lo que quede de la tarde II

a Lucía..................

Reubicar
el espacio anguloso
que queda
de pronto entre los meses,

guardar

todos los juguetes rojos que se fueron dispersando
sobre el mapa de tu cuerpo

volver a látigo contra mis muebles.



Pensar,
cuántos poemas caben
entre tu casa y mi casa,
cuántos poemas quedan
para tacharte.


El otoño está oportunamente cerca
cuando éstas cosas duelen raro,
distinto,
como ablandadas en un licor de leña.


Nuevamente


eternamente


juntaré mi nombre de entre las hojas
sin encontrar todas las letras
y veré la película de miel que
-otra vez-
se unta sobre las cosas
para oscurecerlas,
para hacerlas de vuelta mías.



Hoy tengo un nuevo marzo bajo la lengua,
un nuevo mármol creciéndome en los ojos.

Un río quemado donde me acuesto,
una mordaza de tilo.


Un laberinto de nueces, descalzo.



Y el punto técnico de nieve que te destiñe los ojos.

Y tu pelo largo sobre la ruta, sobre las casas,
sobre mi parque y el piano.



La muy cansada aparición del ángel de tabaco
esparcido sobre las hojas.

domingo, 7 de marzo de 2010

Lo que quede de la tarde I

a Lucía.....................


Mis manos y el abismo que tu piel no disimula,
la escalera descendente
de sentirte cada vez un poco lejos.


Te licuabas en mi abrazo.


Yo apretaba fuerte las mandíbulas,
manoteaba entre la tierra de tu cuerpo que se iba,
caía,
quería por favor colgarme de tu boca.



Vos me brotabas de las manos, me mojabas el silencio.


Tus pies,
el árbol de nácar que ahora ardía sin remedio entre mis dedos
falsos
mis dedos de piano y de libro,
mis dedos que no sirven para retener la arena de tu voz callando.



Tus pies

cayendo por la curva de la noche hasta cualquier incierto lejos
en cualquier habitación elemental
que agujerea con un fósforo chiquito la pared de mi pupila.



Te rompías desde adentro,
te borrabas cada vez un poco con el trazo de mi aliento.



Yo sentía una ciudad gritar de frío
escribirme un pedido de limosna en la planta de los pies.



Entonces estuviste al otro lado de mi cuerpo,
hemisferios alejada de la noche.



Pronto cayó una línea contra el pavimento
para dejar en claro
las dos mitades nuevas de la tierra.



Mi mano bajaba por algo que no era ya tu vientre.



Tus ojos,
esa moneda caída del sueño que a veces brilla al despertarnos.



Subí al colectivo, miré los escalones en silencio.


Afuera,
una isla de plata volvía a hundirse en el secreto.









Pensé en vos toda la noche.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Peldaño

Para que Tamara siga soñando cosas raras


Una burbuja negra en el centro del pecho,
odiar la cola que el tiempo arrastra,
los cigarrillos caídos.


Gritar profundamente,
GRITAR

en un hueco submarino bajo la tráquea,
gritar con las uñas y los labios,
con la arboleda que danza en el palco del brazo,
llorar la sal perdida,
los senos absurdos de sal perdida que obstruyen de pronto la puerta de la casa
ablandándose al sol,
hablándole al sol, amblando en el sol, arramblando la fiebre del sol hasta mi frente
lisa
donde la arena da golpecitos con la palma de la mano,
donde cuervos verticales descansan rasgando papeles viejos
que me nievan en los ojos.


Levanto la vista y corro alrededor de mis tobillos,
dibujo un grillete de luz
para amarrarme al día.

 


Pero la burbuja crece, los gritos siguen,
del techo se filtra la barba de un miedo espantoso apoyado sobre la casa.
Yo quiero recuperar mis manos.
Y la mira que brilla con filo perfecto en la cruz de la duda,
en el eje mismo donde el azar se pierde.








((((Una burbuja negra donde los gritos resbalan como planetas ciegos,
como la sangre del universo corriendo su carrera idiota hacia la nada.))))




Un apretar tan fuerte la boca que me asfixio.

martes, 2 de febrero de 2010

Pensamiento

Llueve.




Un afiche de canas y el reloj del agua.

La tarde empieza por despellejarse de a poco la vaina de los ojos,
estirar las venas por el suelo.


Miro por la ventana y soy un preso.


La persiana afuera vibra,
se la pasa escupiendo dientes de vidrio.



Lejos


bajo ésta lluvia que es otra lluvia,


hay una ventana tuya.


Asomada apenas,
la sombra te dibuja en el rostro
un mapa de pana.


Hay una taza de té,
un árbol de humo en la taza de té.


Un libro se salpica constantemente, gana un párrafo por cada gota.
Sobre la tapa, tres igloos mínimos guardan la flor del eucalipto,
tres balas de llanto.


Entonces el viento entra, un viento dicho al oído.
Tiene olor a pan y a suéter.


Te agarra frío.

Te acurrucas, envuelta a medias
y tus clavículas asoman como lanzas, como alas de bronce.


Abajo, las zapatillas huecas,
tus piernas llegando al otro lado del mundo.


El té entre las manos como un corazón suplente
te ablanda la letra de los dedos,
remueve los párrafos de sangre.



Yo miro por la ventana y soy un preso.


Desganado,
me sacudo la ceniza de los ojos.


Canto un poco
con los labios apretados
para sentir las escamas del aire

mientras medito

la chance

de que alguna de las gotas que miremos
sea la misma.

miércoles, 27 de enero de 2010

Secreto

Secreto, penumbra larga sobre los dedos. Las plumas caen, tus manos no dichas, tus manos en mi pecho y un collar de cisnes que nadan alrededor de tu cuello, ésta es la hora señalada, la hora cerrando la boca. Vas a caminar por toda mi sangre, vas a pisarme el aire. No digas nada. Hundíme en la mina de tu vientre, en la pura mentira de tenerte donde la espuma duerme. La dureza de piedras verdes. Hay sirenas de fruta muriendo en el sol, y un elemento alado se posa a leernos un salmo de bestias. Hay silencio. La vendimia de árboles rubios creciendo de golpe entre tus senos como una canción en llamas.




Yo lo siento.



Vendrás a buscarme en la noche,

perdida y oscura,



como un secreto gritado bajo la tierra.

jueves, 21 de enero de 2010

Dedicatoria

Calmáte, mirá bien
no mires tanto.

Yo sé qué vientos de asma son los que circulan
lado a lado de tu cama.


Escuchá una cosa,
escucháme un poco
mientras me lleno
la boca de cangrejos.


Todavía sos la pulpa azul que dentro de tu mano hierve,




la niña a la que el fuego le quitó el color de ojos.

miércoles, 13 de enero de 2010

sublimación

Quieto
voy esfumándome
en silencio.



Los árboles recorren en puntas de pié
distancias imperceptibles.


Desaparezco.


Desaparezco por saber cosas como ésta.


Busco un anillo de miel para cortejar la hierba,
una sílaba de fuego
cerca de la noche.


El sol es un estómago de lirios,
ríe como un padre.


El sol no escuchará mi rezo.

Virará aturdido en su círculo de bombas,
la tierra y su raíz de pólvora,
sus infinitos muertos fluorescentes.



Desaparezco, callado,
me deshago en silencio como se hacen de la nada las piedras
cuando nadie está mirando.



La noche transparente,
la noche un puro peso de fantasmas

recorre mi pelo,
me deja besos en la frente.


Desaparezco, lo sé.



En silencio y dormido y callado y torcido y con el corazón taponado
................................................................./ de plumas



desparezco.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Simples

Si no te hubiera conocido
no me habría fijado nunca en vos.


Pero de pronto estás
tan impregnada al pasado como los genes,
en cada foto,
en cada frío.


Sos ésta ciudad de bufandas rojas.
Ésta manera cervuna de esconderse por el trigo.


Sos los cafés que extraño cuando el zumbido del mundo cesando
se cierra en insomnio sobre la almohada.



Sos los amigos que ya no son, la juventud que no tengo.




Sos el registro de sol que guardan todas las personas rubias.




Sos un poema de noche, con sueño.




Me gustaría que resultes.
Me importa nada dar de comer a la letra otro dolor increíble:
yo te quiero a vos.


Te quiero desde siempre. Desde hace miles de cuadernos.
Te quiero imperfecta, mala, fea, cruel, lejana.


Pero lo más cerca de vos que puedas.


Estás a un paso de ser
lo que la arena grabó lentamente
gota por gota
en la punta de mis dedos.

martes, 27 de octubre de 2009

Alrededor

Alrededor, en todo momento, descienden las cenizas
de conejos incendiados,
la nieve negra
de la luna menstruando.

Yo camino y es inútil.
Yo sueño con las piernas arqueadas de la ola que rompe
al otro lado del silencio.

Abro, las manos se me llenan de ceniza.
El naranjo equilibrado sobre un brazo de sirena
se eleva como una marioneta indefinida.

El naranjo es el diablo a tres minutos de las doce.

Me siento a contemplarlo, y un árbol dentro mío retrocede.

Una estancia permanente en el palacio de lluvia,
el secreto lento del carbón entre las manos.

Yo ya no camino y es inútil.

Y ya no quiero las luces nerviosas en la yema de los dedos
ni quiero cabellos de polen,
no quiero aún la sangre perdida
que entre las piedras germina para inventar otra rosa
todavía más triste.


Yo ya no quiero nada.


Es el silencio,
la anestesia de agujerearse los oídos
de una música vacía,
la condena al rosario de las lunas
que quedan por talar
para que el verano
se derrumbe.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Miércoles

"sangre del ceibal
que se vuelve flor
yo no se por qué
hoy me hiere más
tu señal de amor"


La noche y la pena
son suficientes
para hundir los pies en la zamba.

Yo que no te veo
estoy seguro
que tus tendones brillan al momento de nombrarte,
y una ciudad de fuego te late entre las sábanas.

Dejáme cantarte de lejos.

Dejáme ésta flama dulce bajo la lengua,
ésta paz de derretirse.

Un perfume morado recorre la curvatura del silencio,
lava la luz,
marca una textura de abismo en la silla vacía.


Yo que no te veo
estoy seguro

de que tus piés se retuercen un poco

y la boca te mata

cuando cantando
te nombro

en voz alta.

domingo, 18 de octubre de 2009

Domingo

Ante el rotundo fracaso de la primera "semana poética" (así llamada por mi carísima poeta yorugua Laura Verónica Alonso), esta vuelta voy a tratar de, aunque sea, completar con algo día por medio.



A pesar de todo
seguimos
a muerte por la luz.

Una hormiga camina en la circunferencia del verano,
una hormiga en los labios.

Algunas de las cosas fundieron el papel
con la incandescencia del celo.

Pero yo sigo,
inválido
rezando en la orilla del sueño
por ingresar al alba.

Afuera, la luna descuelga una melena de peces y plata
a los pies del hornero.

Un sonido mínimo,
un tacón de libélulas que orada la mejilla del agua
baja y quebradiza
como una clavícula en el beso
como los libros guardados.

Estoy en la espuma que sube de las veredas,
en los perros que de noche se diluyen en los árboles.

Estoy secretamente en su frente cuando se incendia.



Toda la mentira existe

solamente

para mirarse sangrar
con la cabeza bien alta.

sábado, 22 de agosto de 2009

Sábado

Abrió la boca bien grande,
dijo 33
y las nubes se veían en el subte de su garganta
arremolinándose,
lustrando pájaros con un golpe de guata.

La besé hasta el vértigo.

Afuera otra tarde arrastraba un vientre de sierpe
sobre los cardos,
dentro de la copa de los árboles
empezaban a puntear
esos pares de gemas tan usuales,
esos
como ojos.

Ella cerró la boca bien lejos
y callaron los llamadores de ángeles.

Tenía en la punta de la nariz
una gota póstuma de sol
que se notaba mucho.

Yo la perdí de vista,
empecé a cavar entre los azulejos
para encontrar su cuerpo.

La boca me nevaba.

Cerca de las ocho
el sillón se enroscó como una bola.

Sólo un pelo quedaba, como un horizonte usado
arqueado en el lavamanos
para tejer
una letra
suya.

jueves, 20 de agosto de 2009

Jueves

Un segundo de la tarde
y el mundo visto desde afuera como una pupila mágica,
la llave circular del agua.

Ella se miraba el ombligo a través del sueter
inspeccionando con los dedos,
cada vez que presionaba
un poco con las uñas
estallaban en arcadas los volcanes de la tierra.

Lejos, la escalera de lata del café
golpeando las ventanas,
y un piano en un cuarto vacío se vuelve toro
sin que nadie lo sepa.

Ella se sigue mirando el ombligo a través de las manos
tres pulpos de vidrio se hamacan
sobre su cabeza
jugando a la mamá,
a embrionar soles de servilleta quemada.

Lejos, un piano en un cuarto vacío
le llora.

Yo nunca.

-Apoyado en la puerta de un cuarto vacío
escribo éstas lineas-.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Miércoles

El sol era una nuez de adán
y adán bailaba
revolviendo un menjurje de palomas y luna
con la punta de la lengua,
adán era desnudo y manso
cuando hormigas de espuma circulaban
en la urbanidad de sus pliegues,
cavaban ciegamente un camino de relámpago,
encordadas de luz
rompían la siesta
con un espasmo.

Adán ponía en blanco los ojos, los ojos llenos de leche
como perlas en el barro,
adán apretaba los puños,
los puños que fueron mano y las manos que fueron eva
cuando
se escuchó el quejido de un ángel masturbándose
a las tres de la tarde
de todas las terrazas,
y una bisectriz de pólvora blanca,

como una vena de dios

como la droga de un astro

lastimó el cielo de esquina a esquina.



Pregunté
pero sólo llovía
delicadamente
y un silencio amanerado
cubría de harina
los muebles.

Pregunté
pero sólo llovía.


A lo sumo

-dijeron-

era una tarde para tocar la guitarra.

martes, 18 de agosto de 2009

Martes

Pretendo forzarme a publicar algo todos los días, para realmente forzarme a escribir algo todos los días. Por ahora, la meta es una semana. A ver que sale.



El cielo se enrula como un ángel epiléptico.

Cerca mío,
las cosas blancas se erizan
cuando la noche trata de lamerlas.

Una nube, infinitamente ofidia
hipnotiza pacientemente a todas las criaturas lentas.

Noche líquida, delicuescente, aceitada por la baba de las ranas.

Entre las manos te quejás
como un gato con fiebre
y me pedís un beso que moriría si te diera.

Noche que habla raro
cuando la aprieto con las uñas como apretara un tajo
obstinado
en irse en sangre
por el agua

noche que hunde sus canoas llenas de oro
en el infinito egoísta
de los aros
y los fuegos deslenguados

noche mamaria

noche a más no poder hembra

con el vientre abierto de cara al sueño y a los perfumes rojizos



noche puta

noche hermosa,

divinamente puta noche

que no me incluye.

domingo, 9 de agosto de 2009

lacosaqueviveenlasombra

Soy patético.
Soy ridículamente sólo.
Soy inconciliablemente sol de palangana,
mal mar
estúpido pájaro entrevisto en la várice del mármol.
Nadie es capaz de amarme
y no soy capaz de que me amen
porque el lobo come carne
y la sangre sangra,
porque en la ciudad cerca de las doce
fluorescen todos mis pasos
espantosamente.

Ay de mí que soy tan yo.

Ay de mí que me quejo tanto
que las paredes de los templos se quiebran
por mi culpa.

Ay de mí que me escribo poemas
Ay de mis poemas que se dejan escribir
Ay de todas las veces
en que grité mi nombre
en una calle en ayunas.

Yo soy el que se queja.
Bienvenidos a mi tumba.
Favor de limpiarse los pies, no hacen falta más motivos
para embarrarme la luna.

Yo soy el que nada lo puede,
el que nadie quiere más que con la punta de los dedos.
Yo soy ese que vuelve a casa
rodeado de perros
como un profeta de chiste.

Soy patético.
Soy ridículamente sólo.
Aburridamente loco.



Soy eso que como de mi cabeza
cuando la hora se clava

como una brújula
que señala

todos los candados de la tierra.

viernes, 10 de julio de 2009

Elijo

Estoy aterrado
pero no porque te amo.

Silenciosa, tu boca inhalará todos tus sonidos
para torcerlos pacientemente
en lo profundo de tu irte,
en lo invernal de tu garganta sin mis ojos.

Yo ando paticorto, mentiro, morido de vos.

Yo ando juntando del pasado la hilera de tus dientes.

Pero no porque te amo estoy
jugando a destruirme.

Ésta vez no.

Porque no me importa si te amo y te golpeo la frente con el largo de mi hambre.
No me importa que te caigas en lo más rojo del grito
que atrapo en un vaso
entre mi mano y el vidrio.

Podes hacer lo que quieras con la violencia de sentirte
acorralada entre todas las tumbas
que germinan
cuando tus pasos despegan
de mi hemisferio
tu mundo playo,
tibio,
doloroso como la leche y la pluma
y la siesta verdosa,
insoportable como la risa.

Podes si querés despedazarlo, desperdigar la carne del trueno
entre los cuatro puntos cardinales.

A mí ya no me importa.

Yo te voy a amar igual, sabélo.

Y te voy a amar sin vergüenza, sin ningún tipo de árbol en los rieles.
Te voy a amar por mí, porque es bueno amar a alguien
porque el que te ame es hermoso cuando chorrea por las manos
y tengo que juntarme de entre los cardos
con la lengua intacta.

...................................

Yo te voy a amar aunque me claves tu espalda

extremadamente lejos de las manos.

...........................................


Te voy a amar porque te amo.

Porque es necesario saber que es inútil


que prefiero

las zarzas

el lino



morir gritando que estuve vivo.

lunes, 6 de julio de 2009

Costa Rica es el país más feliz del mundo

Costa Rica es el país más feliz del mundo
dice una encuesta.

-desesperación azul-

Pesado, lagañas en el beso hermético.

Un infinito sellado donde se escucha el toc toc de pulseras contra el azulejo.

En Costa Rica no pasa.

¿Sabíamos el chasquido, sabíamos acaso de ese poema de babosas
cuando las lenguas titiriteaban de boca a boca?

Si hay alguien que reconozca la miel de entre los vidrios,
me rindo.

Porque seguro

que en Costa Rica no pasa.


No pasa te digo.


En Costa Rica yo estoy sentado

leyendo

poemas de otros.

domingo, 28 de junio de 2009

afelio

Pienso
clavado en la miga de la noche
mientras una bomba rueda por la sutil pendiente del amanecer
y un reventar tímido
de los ojos contra el mármol
espolvorea dendritas de crayón sobre la oscuridad curva.

Pienso
a empujones.

Hay un grosero pájaro jorobado
que se mueve entre los órganos del recinto
desordenándome el asma,
extrae muy despacio, con la punta de sus dedos
la muela de oveja clavada en mi labio
inferior
todo mordisqueado y carroñado de la más dulce forma,
drenado
con el más rojo método para sangrar.

PIENSO PIENSO PIENSO

cuando todo esto me desborda todo
y quedo

uno
por
uno
uno





(((nene mudo)))





-la alcoholemia de un silencio

perfecto y rubio-

viernes, 26 de junio de 2009

Dripping - llamadoalasolidaridad

Ya no queda nadie
no queda nadie
cuando ésta urgencia de derretirme
me salpica sorda
y pronto soy una mancha en la pared
escurriéndose,

líquido grave,
mucha más sangre al corazón de la tierra.



a .......u......... x......... i........... l .........i .........o



Desde lo alto, pendo, como una horca con cuello.

miércoles, 7 de enero de 2009

.........................................................................................
..........................-Si fuera jacarandá… ¿Me mirarías?-



Jacarandá.

La luz raquídea que afila el contorno de los dedos

te nombra con los pies mojados.


Jacarandá, a medias,

coagulando la punta de la lengua con un oro tibio,

un oro pastoso de estrella derretida.


Hoy, una altura pecosa de perlas se fuma la noche

con un raro gesto de caníbal.

Yo estoy debajo,
latiendo.

Mis nervios se lanzan verticales a enraizar la garganta de la tierra

y creo por fin sentirte.

Entonces
me aluno y vibro,
........................grito,
............................gruño en la dulzura de saber decir tu nombre
...................................................con los dientes apretados:

Jacarandá

Jacarandá

Jacarandá
Jacarandá
Jacarandá

cuan bello duele tu nombre

que sube aceleradamente por el sexo de mis venas

abriéndome la sangre,


bárbaro, inmenso,

violentamente tibio

jacarandá.





La última gota de luna formó este océano blanco

en la palma de tus manos.

lunes, 17 de noviembre de 2008

am - llovizna

Húmeda
la calle llorada
brilla con la pulcritud de un cráneo.

A cada lado,
los zumos filtrados en la orina de las lámparas
dispersan colores vidriosos,
fuegos surtidos,
piscinas donde arrojarse a unos soles interraciales.

Un rabioso jugo de gusanos fluorescentes
entre los adoquines
me trepa las zapatillas.

martes, 4 de noviembre de 2008

silencio glauco

Silencio glauco.

El cigarrillo endereza una cobra de humo.

Nosotros permanecemos.

Desvaídos en un templo de aceite.
Celando el metabolismo de las piedras.
Largos sobre la tierra como una raíz expatriada, encarcelada en la intemperie.

Nosotros permanecemos
y es difícil que una sílaba verde no abandone nuestros labios.

Permanecemos tirando al aire los ojos, atajándolos, volviéndolos a tirar.

Permanecemos contando los búfalos que nos caminan en el filo de la nariz.

Permanecemos aunque la noche nos rasque la cara a lo bestia.

Nosotros permanecemos, si.

Y si un niño pierde su talismán,
si un sol cuadripléjico niega los escalones hasta el alba
y el mañana se inscribe
en la fosa común de todos los unicornios,
nosotros permaneceremos
mordiendo los tobillos de la estrella que quede en pié.


clavados a ésta última noche

mientras podamos

nosotros permanecemos.

domingo, 28 de septiembre de 2008

El espejo del gigante aparece en el camino

El espejo del gigante aparece en el camino.

Unos gramos de luz lo nadan de parte a parte:
el espejo del gigante es ecosistema de peces derretidos.

Lo diviso a lo lejos.
La noche, en medio, hamaca su líquido seno transparente golpeando el colectivo.

El espejo del gigante tiene una inmensa boca,
como de planeta besado.
En la garganta le baila una luna bonsái,
la yema de los dedos del sol
le toquetea las encías.

Todo alrededor se hunde con el cuerpo submarino de la noche,
el azul entra en metástasis,
la sombra calcifica cada movimiento.

Pero el espejo del gigante vive fuerte
porque se traga todos los corazones.
Aunque chillen,
aunque giman los murciélagos que se estrellan en el techo de la ruta.

Pronto el colectivo bajará por su tráquea de cromo
y me veré hermosamente deshecho,
colerizado con la forma en que me volcaron hace siglos.

Un ángel de mancha me besará la tinta
y bailaré perpetuo,
derritiendo la línea que constriñe los óleos del rostro
y nos repta por el ser,
la verdadera serpiente que saltara del árbol frutal
para cruzarnos a nado
con un nombre
un perímetro,
y un imán enterrado en la pulpa de los sexos.

El espejo del gigante crece fuerte para redimirnos.
Inhala bruto con pulmón de plata, se esguinza para devorarnos.
Pero es inútil.

El colectivo sigue.

Una melena de serpientes nos cose la boca
cruelmente calcada
contra el aire.

Es tarde.

No habrá otra oportunidad.


Ya no existe más remedio que ser

bajo la tiranía ofidia del perfil.


Ya no existe más remedio que extirparse de la luna para siempre.

domingo, 21 de septiembre de 2008

( )

Es obvio que me voy a dormir sin tu pueblo de vidrio sobre la cama.

Lentamente giraré la manivela del ojo y ni un aserrín de luz se colará debajo
porque tu polvo de zorro cremado se esparce ahora por otra siesta
y te deja arena sobre la cama
mientras yo no consto.

Despaciosamente me pisaré los ojos
y un espacio de azúcar quemada contra la pierna
te hará evidente

en la oscura verticalidad del minuto

que parte al medio la noche.

lunes, 7 de julio de 2008

Envidia

.....................................
Imbécil.

¿En serio te creíste
el sapo de flores que te saltaba en la frente después del beso?

¿Quién te creés que sos para merecer el liquen del ángel?

Iluso.
Imbécil pero sos muchos imbéciles.

Por doquier andan rebotando,
un cuerno de unicornio les crece en cada aureola de rouge.

Falsos. Estúpidos amaestradores de besos.
El pez de las bocas los rodea, ondulando las aletas,
Un faro frutal se les asoma hundido a medias en el cráneo,
y se derrama en luna sobre la frente.

Pero eso no.
La luna es mía les digo.
Aléjense.
No se atrevan a robarme mi lápida.
Guárdense bien guardada la araña dórica en el bolsillo
y ni se les ocurra acercarme sus manos de manco.

Estribillen el amor.
Gástenselo todo.
Vivan, vivan, como viven todos los seres con branquias.
Nazcan mil veces para matar una muerte.

Yo voy a seguir acá con mi reloj de párpados,
midiendo largueros para sus alas de polilla maquillada,
confeccionando sus trajes
de protozoo de nailon,
la vanidad descorazonadora
de su masculinidad hembra.


Pero algún día
-oídme bien-
caerá la tarde a romperles las antenas

y el alma
asomará su hocico de hiena
bajo la almohada.
................................................................

domingo, 29 de junio de 2008

Fotograma 1

En ese momento, mirándome
con la cara emergiendo desde la barba de la sombra,
parecía
que tu alma hubiese apoyado desde adentro el dedo índice
en cada uno de tus ojos.

Recuerdo oír el chirrido eléctrico,
-como cuando dos mariposas de lata se aparean-
que eran tus ojos girando
sobre su propio eje
como una tierra mucho más valiosa
de carruseles apeninos,
dos hormonas de perfume azul escurriéndose en la barba de la noche.

Yo, que te olía la voz,
tenía un bonete de luna y orejas de burro.

Calculaba centilitros
-creo-
de una jalea de zodíacos molidos que circulaba
de
....tu boca
................a
..................la mía
cuando la pulseada de pulpos
nos ventosaba

y entre las lenguas desmenuzábamos un mundo.

viernes, 20 de junio de 2008

Danza Española Nro. 5 de Granados

......................................................
Ésta melodía que me corretea entre los dedos
tiene olor a arena bajo los pies de mujeres azules.

Ésta melodía que
-susurradaaloidomente-
unta su erotismo por la yema de los dedos
y me deja diez soles amasados contra el piano,
cuando la curva piromante de los párpados presiente la mañana
y nos encuentra enredados
vertiginosamente juntos,
selectamente recortados del ozono
en el momento en que me olvida un árbol.

Afuera
el sol moverá sus branquias
ajeno a éste sonido que licua la carne del mundo

y me deja sólo a mí

-íntimamente helicoidal-

con ésta melodía incandescente
serpenteando entre los dedos.
.............................................

viernes, 6 de junio de 2008

Oxímoron

...................................................................
Hoy no tengo ganas de escribir un poema
pero
un engrane dorado me recorre la boca
de comisura a comisura
y acá estoy
flotando
en una huella de la pata de la noche
que se llenó de agua.
......................................................................

martes, 20 de mayo de 2008

Y si

............................................................
Y si,

ésta mano de vidrio manoseando hasta irritar
el fruto geoide en el centro del cuerpo,
el único fruto que es raíz
-la única raíz inmadura-
rascándose
dos minúsculas alas moradas
en la humareda de la sangre,
ésta mano forrada de piel de pupila, ésta mano de ángel incoloro
pellizcando cada centímetro de gula
bajo un cielo tan adentro
que tiene los soles de carne,

ésta mano peluda de agujas
azuzando
el dolor de descifrarse
el sustrato purísimo
para entender
al fin

que al fuego le duele ser fuego

,

y existir en llamas

tristemente ígneo,

Adán de lava,

fuego que hicieron piel pero que es fuego.
...........................................................................

jueves, 1 de mayo de 2008

Poema de verano viejo (ya practicamente senil)

Caigo del nido.

Tu abrazo rompiéndose duele, como la pulpa al hachar una serpiente.
Tu caricia que sólo pudo hurtar todo el azúcar, deja de arrullar sobre mi brazo.

Caigo del nido.

Tu respiración, fantasma con las manos llenas de selva, tu aliento se calla.
Tu boca vuelve a ser tuya.
Mi boca vuelve a ser tuya.

Me separo,
renuncio los ojos y trato de irme,
como el pájaro sin plumas intenta volar aguardando sólo la muerte.



Abrís los brazos y caigo del nido.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Al preludio Nro 5. en G op. 32 de Rachmaninoff

Y entonces sonó
con ramilletes de cinco libélulas
posadas en el acuario del ojo,
sonó mujer y sonó noche.
sonaron mis manos de piedra, una contra otra
intentando aletear inútilmente
y hacer a Dios de una caricia
acodado,
con labios de pluma,
pianísimo.
Sentado a mirarme creerle.

(Melodía que querría tocarte como tocar un mar).

Aquí flamea ésta tiniebla zurda, sus cinco sinuosas lenguas sugieren un desmayo dulce.

Aquí afemina una música curva, lunas líquidas mojando la respiración.

Cinco gotas de saliva de la noche.

Vos, cielo submarino para llorar,
Oración de algas.

Te amo en lo triste de nacerte,

melodía que querría tocarte como tocar un mar.

domingo, 3 de febrero de 2008

Mesera

Esa fobia dulce de encontrarte entre la noche
y esos círculos de luz que la viruelan,
como si al entrar hubiera pateado sin querer
un hormiguero de lunas
clonadas y ciegas,
y empezaran a trepar
locas de nicotina
por las paredes del bar,
e incluso por vos, dejándote un adorno de dálmata perfecto sobre el ojo
izquierdo y verde,
esas que,
-podría ser que-
patinando por tu cuello de cine mudo
te surcaran el pecho tejiendo un rosario de fosforescencias opacas,
un moretón de tréboles
o de gotitas de sudor y verano bebible.

Entonces te acercás a la mesa y el enjambre de lunas te recorre
con más filo aún
como un tornado de trapo o de vestidos muy antiguos,
como obligado a desnudarte para tatuarte mil décadas en el cuerpo,
y,
tal vez,
-pienso-
todas las mujeres
confluyendo en un aleph con ojos verdes
que ahora se lleva los vasos
con movimientos lentos
marcándose
en la arcilla del humo de los cigarrillos
que se revobinan en la mesa de junto,

se empieza a ir

se va

se fue

y ya no es vos sino ella,

con su órbita violenta de lunas vertiginosas
que la recorren
como un planeta urgente

cuando

(de espaldas)

ya no es ella sino

-esa-

que se aleja galaxias en dos pasos

mientras

la miro.

domingo, 27 de enero de 2008

Nada nuevo bajo el sol

transparencias
talladas
en el más ecuatorial hueso del alma

dos cielos vendados
y la tiza en tus dedos jugando a la sangre
del parque,
una rama con forma de pájaro en una rama
burbujas,
caparazones fotográficos muriendo a lo largo de una sílaba
sóla y
la luna durando con piés de cartílago.

(el resto es no)

(el resto es algún)

sabemos que:
cuando se rompe el anillo sanguíneo de un hombre
la fotosíntesis del hijo
completa el casillero vacío
para que podamos seguir memorizándonos los labios
sin sentir que la tierra pierde el equilibrio
y rodamos sin control como un reloj kamikaze

rodamos como debe rodar una esfera
cualquiera.

(transparencias, arquitecturas de una lluvia ida

cordones atados en el eje más inmóvil del alma
etiquetados con cada pétalo).

saber puro de que el malabarismo falla,
de que no es posible enderezarse sobre un círculo.

Caer con no tener que monografiar los besos.

Nada nuevo bajo el sol.

Letras

y ésta bola negra con la que jugamos.

martes, 30 de octubre de 2007

Morocha en tercer año I

Era tu imágen
al subir
la escalera
agudamente calcándose
al dorso de mis párpados
las hadas mordisqueadas
que flotaban
galaxialmente
orbitándote el cuello
cuando te saludaba
llagándote la mejilla
sin que lo notaras
y se me imantaba torpemente
la boca
ya troqueada para el beso
tijereteado
a las apuradas
eran dos de mis cuatro manos
que eran tus manos tuyas
doliéndome
a puro nunca
las hormonas de mar glucoso
enrojeciendo la siesta
era
sobre todo
ayerear
y esa manera vieja de saber
pestañas de memoria

,

eras

maniobrar
en llamas

eras

esa

perfecta técnica

para

practicar

el

hambre.

lunes, 20 de agosto de 2007

sin opsis

Cuando desviví
empezaba a tener saturno en las orejas,
un dragón de alpaca
se había encariñado a mi nuca
acomodando la escama
cuerpo abajo.
Cuando desviví
tenía los mismos ojos
y el mismo árbol en los mismos ojos,
la cara de cuna rota,
algunas veces
jugaba a sangrar.

Cuando desviví

me acuerdo

que no sabía decir fantasmas

sin faltas de ortografía
y que discutía mucho
al reloj monosílabo
intentando persuadirle
costumbres
de estatua.

-Suerte-

me dije

cuando desviví
de golpe
toda mi fauna

-aún-

yo tenía los mismos ojos

y el mismo árbol queriendo gritar.

miércoles, 1 de agosto de 2007

Caminarácasa

(Día)------------------------------(Noche)
Se cielan --------------------------En un verano antiguo
los parabrisas de los--------------- con un dejo de luna frutal
autos,------------------------------pegoteándome los labios
míamente arriba------------------ tu boca
mojado de piano-------------------de estrella hecha pedazos
la rabia----------------------------acercó su marea cruda a mis costas,
de un perro celeste---------------- oleaste en mí,
mediodío,--------------------------con delfines de cereza bajo la lengua
el rouge de mis pasos---------------y en mi estanque calmo retumbó
sellando la--------------------------el sonido
tierra.------------------------------de un vidrio muriéndose
(cuajar pájaros es tarea-------------y en mi mejilla
del idioma--------------------------(páramo de conejos negros)
camino a casa-----------------------cayó la orografía imperceptible de
sacrificarse a una patria de polen------tu mano
es trabajo----------------------------autista de noches
del entrecejo-----------------------cada vez más sucia de mí.
camino a casa)--------------------Todo esto
A veces pasa-----------------------que revive siempre calle abajo
que un perro se sienta a mirarme----y escrito a medias en los perros
e intercambiamos mudos.-----------estrellados de pasada
A veces pasa---------------------como un tatuaje transparente durante
que encuentro-------------------cada,
camino a casa--------------------cada,
mi casa--------------------------miga de pan que sigo hasta mi casa
y me siento a mirarme-----------me rompe en la cara la botella
pasar.---------------------------------de un verano que corrompe
------------------------------------------el pelaje de los años con
-------------------------------------------su doctrina
------------------------------------------de besos muertos
----------------------------------------uno tras otro
-------------------------------------girando en la rueca
-----------------------------------de tu ojo
--------------------------------puro
------------------------------como el recuerdo
----------------------------de un hielo
--------------------------en la
------------------------- garganta

lunes, 23 de julio de 2007

Úncon

La junta de manzana y alcohol
mutante líquido
de fuego verde
en tu vaso
y en mi vaso los ojos mezclados al whisky
que sabías me desafinaba
la risa
cada vez más himno de trapo
con cada vez más noche
la nube pirómana
regalando cajitas de fósforos
a los pibes de al lado drogados de fútbol
y yo agarrando un sol
y frotándotelo en el pelo
para mojarte de crayón la pantera
lacia
y me decías
-cuidado que muerde-
y yo decía
que era tarde
y vos reías y la pantera
y la etnia sahumeria en la flora
de tu cuello
con gusto a banderas de vidrio
y guitarra entre las brasas
cuando se me caía un pez en tu remera
y te pedía disculpas
y me contestabas fuego
dejando el vaso
la manzana y el whisky
mordiéndose en la mesa
entonces
nos bocábamos
con el cuerno del alcohol en la lengua
yo me quemaba tanto la mano
en tu velamen morocho que hace rato estaba antorcha
de calcinar mosquitos
que se te apoyaban
nos bocábamos
y los pibes al lado rezaban al gol
con los bolsillos llenos de fósforos
y la noche pateaba
el útero del sol
y nosotros nos bocábamos llenándonos
uno del otro
jugando a no jugar
comiéndonos de mentira
agarrándonos la voz.


Yo te leo a diario.
Estás escrita en mi patio
cuando salgo.

El invierno por suerte no sabe tacharte.

miércoles, 18 de julio de 2007

Me amaro morando la mora mordida

Me amaro morando la mora
mordida de la sombra hecha pedazos
borracho entre el pelambre playo
que abriga el lomo de la siesta
cuando queman diez linternas prímulas
jugando
en la yema de los dedos
claraboyas donde escribimos distintas clasificaciones de lo bestial
en la coba perruna
de tocarse
y todo el magma arqueándose en la púa
aborigen
que nos tuerce a pagar la simetría
origen
de loba loca persignándose el
gen.

Me amaro morando la mora
mordida de la sombra hecha pedazos
con el hocico de la siesta azulándome la nuca
y sin embargo
me fuego.

lunes, 9 de julio de 2007

Nievenueve

Patria atrás de los dientes
y la nube leprosa de plata
y los aurigas a equilibrio en el brío del pétalo
y la repetición vacuna, luego,
mamá diciendo mirá cien veces
yo empezando a masticar calas, después,
una mochila de lunas en la boca y los perros,
argón y orféo,
mordiéndome el azul, los perros emperrándome palomas en el ojo
y entonces, el árbol víctima, con -¿qué es ésta estancia estúpida estacionada en mí?-
(mirá, mirá)
elefantes de lava albina torciendo el labio
(mirá)
lentolentelunarlactiolibandoellomo
(mirá, mirá)
como se enloquecen de liendre las hojas
(mirá, mirá)
con esto algo cambia, es de facto que algo cambia
estamos pisoteando los ángeles cucaracha
(mirá)
estamos pateándole la lengua longa loca a éste Dios
y sólo a éste,
(mirá)
al Dios que nieva por vez primera sobre mi patio
sobre mis cosas y mis seres
(no no, no mires)
al Dios que mueve el rayador de estrellas sobre mi frente
cuando vos
no estás
no estás
no estás
noestás.

viernes, 6 de julio de 2007

Sines

I

Te mezclaste a la bruma cuando yo di los pasos
coreográficos de no volver
terco con la mirada manchada de nuca, y seguir viéndote en el charco
nocturno y nieve
de repente sobre tu gárgola de estambre mojada de mis
poemas mil astringiendo
te la boca robada al planeta que se te cayó cuando el beso
me calló
y nunca pude devolverte.

Vos cabalgando en mi cola de dragón,
recuerdo
caerte y llorar un poco, pedirme de nuevo
que te destruya un mundo para jugar al miedo
de feriado de Dios cuando nacíamos las manos
imantadas
secretamente gritones del nos,
tubulares para tu comunicación celeste
hasta mi barro,
necios de los números que caben en el dos,
temblando
mi alma digital bailando sola
enferma del número uno.

(-)I

Me vas a carar la voz izquierda
cuando gargantée un basta que me explote la boca
contra la tuya,
me vas a pechar la truena música
cuando desafine tu alma de rasparse en mi alma ruida
de trampas puntillistas en materia de mi sangre,
me vas a espaldar carruselmente
el macho lastimado de hembra
cuando sacándome me des
la espalda
para que yo te dibuje alas
mientras te vas.

(-)II

No fue la manera de caernos los besos,
de sangrarnos encima,
no fue la forma en que la noche hizo gárgaras con nuestros cuerpos.
Lo peor será el será,
la manía de pellizcarle a la luna la mejilla,
la caminata de brújula loca destruyéndose
entre el salmo
de la gente.

lunes, 25 de junio de 2007

Sin con

I

Retorno en torno tornado al tornasol lunar en la plumífera aleta
fuselaje de margaritas donde alguna vez rastrillé
con la herramienta de una caricia
regreso gris gregario engrasando de soles las noches
que yo quise anudar
al pez temporal que abandona mi sangre sobre las horas
de holas olas
cuando entonces
masticando la estrella de pensar en vos
se que sos vos
y sos sido.


II

No dijiste que ibas a crecer, vos,
abeja blanco negro textil de moda sobre el corazón al aire
vos y tu polen plateado polar policiaco de infancias mano en lata y en luto
vos diapasón bronca vibrando mezclándome la voz al árbol
que no dura para siempre
que no ablanda para nuncas
vos voz entierrada de cuerpos nones en el grito blanco de callar
no dijiste que ibas a crecer

nunca dijiste

dijiste nunca

lunes, 11 de junio de 2007

Ejemplo bipolar

Pateaste con pié de proa un iceberg de hojas secas, el busto de un prócer de cartón deforme, las lentejuelas descompuestas que ya no guiñaban al sol. Te pateaste vos, pateaste tu pié pateándote. Pateaste el logotipo del otoño queriendo patear el otoño. Pateaste el sol y rodó hasta caerse por la canaleta horizontal del oeste. Pateaste la luna después, primero pateaste algunas estrellas y le pegaste en la boca de engrudo. Pateaste la tierra e hiciste equilibrio en puntas de pié.
Necesitabas mirarte a los ojos y engarzarlos de caracoles verdes, edulcorarte de mar la geología de la espalda, llenar de lagos carnívoros de luna el camino de tu espina. Llenarte las manos de países desclavados del mundo. Desenraizarte las plantas de los pies.
Necesitabas darte la mano, darte un abrazo, besarte, darte una palmada en el hombro derecho con el brazo derecho, necesitabas pararte al lado tuyo y mirarse juntos al espejo cuádruple de perdón. Necesitabas urgentemente aceptar la mitad que sos cuando estás entero.
Necesitabas multiplicar por cero los pedazos de vidrio de soles quemados cuando caminabas descalzo por la duna cerámica de cuerpos enfriados en la temperatura que queda al final del beso, en la sola piel reptil de todas las palabras que se dicen cuando termina la voz y empiezan las palabras.

Necesitabas todo y lo pateaste.

Pero te entiendo.

Necesitabas decirte esto.

A vos me hablo.

jueves, 7 de junio de 2007

Algunas maneras de extrañar vacaciones

Allí sumergidos en el vino espeso
del verano morocho y nocturno,
la planta espectral del fuego
acariciándonos los pies,
la voz como un gusano fluorescente
saltando de boca en boca, la voz sola color
callando a gritos las palabras,
las notas acres, manchadas de madera y humo
y toda una boca nosotros
lamiendo fuego.

Verano lejos.

Cosiendo mi punto de vista no llego a zurcir la herida de ya no ver,

cuando te oigo respirar hundido en mi médano de lana
tiritando,
golpeando a tu ventana de vidrio espirituoso
con estos nudillos secos.

sábado, 2 de junio de 2007

Síntoma de responsabilidad seguramente asociado a una película y una gripe

Cuento atrás, dejadas al costado las escenas colgantes alrededor del péndulo en que se hamaca la memoria, toca sacar la cara de la nuca y mirar derecho. Detrás tintinearán las horas, percutiéndose entre si con sus bordes filosos, los días oscilantes como enormes corbatas de chapa, cortando al que ose caminar hacia atrás sin los ojos de la espalda, los ojos que ahora se erectan en los ojos. Detrás habrá un dialecto de ruidos prehistóricos, idiomas de nuca, conversaciones que siempre dicen “haré” en algún tiempo ya hecho. Todo eso queda detrás, alándonos de gris manera. Pero en algún momento toca sacar la cara de la nuca y mirar derecho. A pesar de que por lo menos seis manos nos acaricien los talones. A pesar de que al dar el primer paso perdamos toda posibilidad de haber dado un primer paso. Y nos anochezcamos, sobre todo en la mirada y en las manos con más piel que las manos. Hace falta sacar la cara de la nuca y mirar derecho. Tener la cara donde corresponde. Y nada de apoyar el rostro en el cuello, en la pera, la boca en la oreja. No. La cara sobre la cara. Y si llueve de frente nos lloramos rebobinando. Y si nos quitan espaldas les damos la cara. Y si nos apuntan cargamos el cañón del pecho. Y si nos rompen el balcón de la boca dejamos caer la voz en los poemas. Pero de frente. Con el rostro encastrado en el rostro. Sin valor. Pero de frente. Enfermos de orquídeas. Pero de frente. Con las manos cruzadas en la espalda, de frente. Muertos y enterrados y olvidados y sepultados boca abajo, de frente. Mirando atrás, de frente. El tiempo nos exige que le miremos a la cara para escupirnos.
Si no, ni eso.

miércoles, 30 de mayo de 2007

Faltándole el respeto a Benedetti

“…y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo…”

( Fragmento de “no te salves” de Mario Benedetti)

Y te juzgas sin tiempo. En el contexto del poema de este viejito simpático que resulta Benedetti, al cual me horroriza imaginar en los referentes amatorios de sus poemas, pero que, según ellos, justamente se quedaban en sólo referentes de poemas, según el contexto del poema entero me interesó actualmente este verso. La cosa es, te juzgas sin tiempo porque, 1)¿te juzgas crudamente sin considerar que hay tiempo?, 2)¿Te juzgas prematuramente, entendiendo tiempo como “tiempo que transcurrirá”?, 3)¿Te juzgas con desposeimiento del tiempo, o sea, solamente te juzgas? 4)¿Te juzgas sin tiempo, siendo que solo el tiempo puede obligarte a juzgarte?.
La tercera está muy relacionada con la primera, y, siendo sinceros, es muy poco inteligente, pero la planteé porque el tres es de buena suerte. Te duermes sin sueño es la condición más clara de las tres que cité, y significa básicamente, caer sin tropezar, rendirse sin ser derrotado, o, más estructuralmente, hacer algo (en este caso peyorativo) sin motivo, o excusa. Entonces, trazando una analogía entre esta frase, la segunda de la sangre (que significa lo mismo pero desde un lado más poético y oculto) y la tercera, “te juzgas”, sería hacer algo, y “sin tiempo”, sería un motivo, o un motivo contrario. Ahora, si tomamos “sin tiempo” como “te juzgas con desposeimiento del tiempo”, eso rompe con las dos frases anteriores, ya que tiempo queda como mero sustantivo, lo que deja solamente significante el “te juzgas” sin condición.
La segunda, “te juzgas prematuramente”, también rompe con la analogía hacia los otros dos versos, ya que aquí el tiempo no vendría a ser un motivo que podría llevarnos a juzgarnos (y que no se da, pero a pesar de eso nos juzgamos), sino que es tomado como sustantivo distinto, como podría ser “reflexión” o “tiempo de reflexión”. Entonces quedaría “te juzgas sin tiempo de reflexionar acerca de si debieras o no juzgarte”. Es válida, pero rompe con el modelo del poema hasta el momento. Y la verdad, sería muy poco poética.
La cuarta, “te juzgas sin tiempo, siendo que solo el tiempo puede obligarte a juzgarte”, sería la única que sigue estrictamente la armadura “logica” del poema, a si b, no b, pero igual a. Pero no encuentro, esta vez desde el sentido común, una conexión directa entre el tiempo (entendido como línea temporal y no como espacio de tiempo, ya que ahí volveríamos a la dos) y la obligación de juzgarse, como así la hay entre el sueño y el dormir. Supongo que mi visión de sentido común tampoco puede permitirse el suponer que puede ver absolutamente todo. Aún me falta demasiada zanahoria social para mi visión de sentido común. Pero, no me resulta del todo convincente, aunque poéticamente resulte bastante más atractiva que la anterior.
La primera, es la que más me interesa actualmente. “te juzgas crudamente sin considerar que hay tiempo”. Yo la entiendo, trayendo el tiempo de nuestro lado. O sea, te juzgas sin considerar que nosotros somos en el tiempo, y que más allá de ser, somos el tiempo mismo. Eso nos avalaría a no ser solamente un ser que transcurre por la línea del tiempo, sino a ser el tiempo mismo, y el tiempo mismo en si, por lo menos desde mi punto de vista actual, es un montón de seres, ya que la línea se forma por infinitos puntos y cada uno tiene la propiedad de ser. Entonces, no seríamos uno, sino que seríamos muchos, infinitos, por lo tanto sería imposible el juzgarse, ya que para juzgar algo es necesario que sea estable para poder ver donde deja de ser estable (el justo deja de ser justo, el bueno deja de ser bueno, el macho se depila las cejas) y si nosotros somos un ser, luego otro, luego otro, podemos ser un segundo justo y otro injusto, uno bueno y otro no bueno, uno macho y otro no macho depilador de cejas. Entonces, a pesar de que es imposible juzgarse, (o injusto quizá) te juzgas igual. Esto trae muchísimos problemas que no estoy dispuesto a plantearme, tales como, si somos una sucesión de seres separados, que hace que pasemos de uno a otro, que hay entre el ser bueno y el ser no bueno, ya que, si no tomamos el tiempo como línea cronológica (para lo cual debemos ser siempre uno a la vez, primero no bueno, y después bueno, pero no simultáneos),o mejor si no lo tomamos así, no seríamos uno y luego otro, sino que seríamos todos los seres a la vez, o sea multiplicidad de seres al unísono. Y si están al unísono, eso se acerca muchísimo al ser uno. Pero siendo todos. Entonces seríamos todos los seres y uno a la vez. Y esto me resulta contradictorio.
Y si lo tomamos como línea cronológica, ¿que hay entre ser macho y ser no macho?. Porque no somos los dos a la vez, así que somos uno y luego el otro, pero entre medio de ambos, ¿que pasa con la transformación? ¿acaso no es tiempo también?, ¿Y si es tiempo no debería ser un punto chiquitito de ser?. Entonces habría macho, machomenos, no macho. Pero, entre macho y machomenos, ¿no hay una transformación también?. Entonces, es infinito, nos conduce a infinitud de divisiones, porque el tiempo en si es infinitamente divisible, por lo menos como lo concibo mirando mi casio del 91 que no tiene segundero. Desde el lado no cronológico hay una contradicción, y desde el cronológico una aporía.
La cosa es, simplificando, que la primera “hipótesis” “te juzgas crudamente sin considerar que hay tiempo”, me lleva a pensar que no hay posibilidad de juzgarse porque no hay ningún principio al cual fallar. Entonces, no seríamos un ser, sino muchos sucesivos, lo que debería tranquilizar a cualquier macho que se haya depilado las cejas.
Pero primeramente, esto es un poema. Esto que estoy haciendo me resulta vil e incoherente. Porque es un poema. Sería como teorizar un solo de saxo. Sería como intentar descubrir que tiene la torta que acabamos de comer y no disfrutarla, por más que tenga clavos de olor hasta en la cobertura. Sería como mirar el chavo del ocho y no reírse porque ya lo vimos antes.
Leamos poemas, escuchemos música, miremos el chavo del ocho. No leamos armaduras de versos, escuchemos estructuras armónicas-melódicas, miremos comedias por interés histórico. Dejemos de matar las cosas para poder hacerles autopsias.

Estamos grandes para estas cosas.

domingo, 27 de mayo de 2007

La mano

La mano, suspendida araña de plástico en la telaraña muscular de su cuerpo, flotó un instante sin atreverse. La sentía impalpable, sublimada alrededor de su piel como una piel superpuesta de luz y cobre. Y entonces no hacía falta cerrar los dedos, fruncir el seño del puño, golpearse el amor. Ya estaba ahí, bajo los hilos de su mano, la marioneta hermosa y permisiva, quebradiza, abismo de pulpa frutal. Ya estaba ahí, y su caricia amordazada no entendía el paréntesis entre las pieles.
“Te quiero” le dijo ella. ”Tocáme, ya no quemo más” le dijo ella. Pero él no controlaba el guinche de su mano pendiente, mimando el frío. “Tocáme porque es necesario que me toques” le dijo ella. “Tocáme porque tu mano tiene hambre, porque necesita vestirse de tacto, porque acá, en este espacio entre mi sangre y yo tengo la forma de tu mano. Tocáme para no morir, para no desangrarme, tocáme para no morirnos”.
Pero el espacio. La arquitectura de esporas. La selva de pistilos de luz. El terror mudo del vacío entre los llenos. “Tengo miedo de sobrarme”dijo él. “Tengo miedo de que si te toco voy a ser demasiado, vamos a ser demasiado para mi mismo”dijo él. “Tengo miedo de que el dos no quepa en el uno, de que me estalle la mano cuando sea mi mano y la tuya”.
“Tocáme antes de que nos crezca el invierno, tocáme rápido, tocáme con miedo a no poder volver a tocarme y mordéte la boca con las palabras mías” dijo ella. “Tengo miedo de tener más miedo, tengo miedo de fracturarnos el tiempo y clavarnos las astillas en la edad, tengo miedo de que me toques al tocarte, tengo miedo de tocarte para siempre” dijo él.

Se miraron en la era de un segundo. Él tropezó los ojos. Ella siguió matándolo a pupilas.


Segundos después él la ve bajar del otro extremo del colectivo y hacerse resto de la gente.

Camino encima...

Camino encima del filo
de tu brújula alcohólica,
enderezo en curva mi línea
muerta.
¿Adonde lleva criatura tu mapa rabioso?
Nado de pronto en el odre
espiral de vino verde,
tu pupila de siesta animal.
¿Qué claro mareo bucea en tus ojos color mundo?
¿Qué secreto garante susurra en mi pecho que de pasos al peso de tu alma
en los colmillos del después,
negando el incrustado marfil de las muelas del antes?

Camino encima del filo
de tu brújula alcohólica,

cardinalmente hambriento.

sábado, 26 de mayo de 2007

Autoboicot

Soy siempre contrario a mi mismo. Es más, soy rubiamente morocho. Mis claros ojos negros así lo prueban. Este espacio mismo es una cruz tachándo mi palabra.
¿Puedo traicionarme siendo algo que no sé que es? ¿Alquien me conoce verdaderamente? ¿Me presenta?.
Somos contrarios a algo que puede llegar a ser contrario a ese algo que somos siendo contrarios. ¿Puede realemente traicionarse uno mismo? ¿Hay rey al cual vender patria? ¿Hay un rockero cantando temas de Roxette? ¿Hay un león comiendo brócoli?.
Somos siendo muchos seres, o somos. Hay veces en que me enjaulo en mi soy y me tranquilizo, sé que no puedo perderme y me voy por ahí silbando temas de sin banderas. Hay veces en que creo que soy a cada segundo y me manejo con un brazo en alto, sosteniendo una lupa desde la cual no puedo mirarme. Se me ocurren un par de autores, y cuando digo un par me refiero a dos, que postulan esta dicotomía. Pero me importa un rábano. Me importa un yo mismo.
Si somos monedas corrientes, ¿seríamos todas monedas de un centavo?, ¿habría alguno de un peso?,¿Nos afectaría la devaluación? En este caso, el déficit fiscal nos haría ser a cada momento, ser cada vez menos onerosos, pero ser cada vez menos.
Voy a comprar un chicle con mi esencia. Espero que me alcance. Si siempre soy, descubriré que me alcanza para un bazooka aunque quiera un bobaloo. Si soy a cada momento, tal vez algún día llegue a comprarme un tofi.


Mientras tanto, si alguien realmente me ve, mándeme saludos de mi parte.

Evidentemente Nada

¿Cómo resultaría cualquier cosa si fuera nada?. Ésta pregunta que sólo puede contestarse mediante casos particulares, ya que la nada es impronunciable, fácilmente puede identificarse con este "espacio". Si les soy sincero, estaba realmente al obús, y decidí ver que pasa si convido un poco de la nada que me es todo con todos los nadas.
Aceptémoslo. Estás leyendo esto, seguramente no sos Isaac Newton. Lo único realmente reconfortablede tu condicíón es que es una deshonra compartida, una nada entre todos, para seguir malgastando antípodas. Somos espejos de espejos que reflejan un rábano. Ni la poesía nos salva de la hortaliza al final de nuestros versos. Somos un tubérculo al aire libre, aunque para evadirnos demos vuelta frases como ésta y aseguremos que no es lo mismo tubérculo al aire libre que lo que todos ya de sobra conocemos. Porque somos esto. Desasnémosnos de nuestra condición de asnos. Esa es mi propuesta, mi relincho. Aceptemos el honor de no tener honor, la hermosura del almidón que aquieta nuestros corazones de papa.

Dios ha muerto, viva el superhombre.
El superhombre ha muerto.

Viva el hombre rábano.