miércoles, 7 de enero de 2009

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..........................-Si fuera jacarandá… ¿Me mirarías?-



Jacarandá.

La luz raquídea que afila el contorno de los dedos

te nombra con los pies mojados.


Jacarandá, a medias,

coagulando la punta de la lengua con un oro tibio,

un oro pastoso de estrella derretida.


Hoy, una altura pecosa de perlas se fuma la noche

con un raro gesto de caníbal.

Yo estoy debajo,
latiendo.

Mis nervios se lanzan verticales a enraizar la garganta de la tierra

y creo por fin sentirte.

Entonces
me aluno y vibro,
........................grito,
............................gruño en la dulzura de saber decir tu nombre
...................................................con los dientes apretados:

Jacarandá

Jacarandá

Jacarandá
Jacarandá
Jacarandá

cuan bello duele tu nombre

que sube aceleradamente por el sexo de mis venas

abriéndome la sangre,


bárbaro, inmenso,

violentamente tibio

jacarandá.





La última gota de luna formó este océano blanco

en la palma de tus manos.