miércoles, 30 de mayo de 2007

Faltándole el respeto a Benedetti

“…y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo…”

( Fragmento de “no te salves” de Mario Benedetti)

Y te juzgas sin tiempo. En el contexto del poema de este viejito simpático que resulta Benedetti, al cual me horroriza imaginar en los referentes amatorios de sus poemas, pero que, según ellos, justamente se quedaban en sólo referentes de poemas, según el contexto del poema entero me interesó actualmente este verso. La cosa es, te juzgas sin tiempo porque, 1)¿te juzgas crudamente sin considerar que hay tiempo?, 2)¿Te juzgas prematuramente, entendiendo tiempo como “tiempo que transcurrirá”?, 3)¿Te juzgas con desposeimiento del tiempo, o sea, solamente te juzgas? 4)¿Te juzgas sin tiempo, siendo que solo el tiempo puede obligarte a juzgarte?.
La tercera está muy relacionada con la primera, y, siendo sinceros, es muy poco inteligente, pero la planteé porque el tres es de buena suerte. Te duermes sin sueño es la condición más clara de las tres que cité, y significa básicamente, caer sin tropezar, rendirse sin ser derrotado, o, más estructuralmente, hacer algo (en este caso peyorativo) sin motivo, o excusa. Entonces, trazando una analogía entre esta frase, la segunda de la sangre (que significa lo mismo pero desde un lado más poético y oculto) y la tercera, “te juzgas”, sería hacer algo, y “sin tiempo”, sería un motivo, o un motivo contrario. Ahora, si tomamos “sin tiempo” como “te juzgas con desposeimiento del tiempo”, eso rompe con las dos frases anteriores, ya que tiempo queda como mero sustantivo, lo que deja solamente significante el “te juzgas” sin condición.
La segunda, “te juzgas prematuramente”, también rompe con la analogía hacia los otros dos versos, ya que aquí el tiempo no vendría a ser un motivo que podría llevarnos a juzgarnos (y que no se da, pero a pesar de eso nos juzgamos), sino que es tomado como sustantivo distinto, como podría ser “reflexión” o “tiempo de reflexión”. Entonces quedaría “te juzgas sin tiempo de reflexionar acerca de si debieras o no juzgarte”. Es válida, pero rompe con el modelo del poema hasta el momento. Y la verdad, sería muy poco poética.
La cuarta, “te juzgas sin tiempo, siendo que solo el tiempo puede obligarte a juzgarte”, sería la única que sigue estrictamente la armadura “logica” del poema, a si b, no b, pero igual a. Pero no encuentro, esta vez desde el sentido común, una conexión directa entre el tiempo (entendido como línea temporal y no como espacio de tiempo, ya que ahí volveríamos a la dos) y la obligación de juzgarse, como así la hay entre el sueño y el dormir. Supongo que mi visión de sentido común tampoco puede permitirse el suponer que puede ver absolutamente todo. Aún me falta demasiada zanahoria social para mi visión de sentido común. Pero, no me resulta del todo convincente, aunque poéticamente resulte bastante más atractiva que la anterior.
La primera, es la que más me interesa actualmente. “te juzgas crudamente sin considerar que hay tiempo”. Yo la entiendo, trayendo el tiempo de nuestro lado. O sea, te juzgas sin considerar que nosotros somos en el tiempo, y que más allá de ser, somos el tiempo mismo. Eso nos avalaría a no ser solamente un ser que transcurre por la línea del tiempo, sino a ser el tiempo mismo, y el tiempo mismo en si, por lo menos desde mi punto de vista actual, es un montón de seres, ya que la línea se forma por infinitos puntos y cada uno tiene la propiedad de ser. Entonces, no seríamos uno, sino que seríamos muchos, infinitos, por lo tanto sería imposible el juzgarse, ya que para juzgar algo es necesario que sea estable para poder ver donde deja de ser estable (el justo deja de ser justo, el bueno deja de ser bueno, el macho se depila las cejas) y si nosotros somos un ser, luego otro, luego otro, podemos ser un segundo justo y otro injusto, uno bueno y otro no bueno, uno macho y otro no macho depilador de cejas. Entonces, a pesar de que es imposible juzgarse, (o injusto quizá) te juzgas igual. Esto trae muchísimos problemas que no estoy dispuesto a plantearme, tales como, si somos una sucesión de seres separados, que hace que pasemos de uno a otro, que hay entre el ser bueno y el ser no bueno, ya que, si no tomamos el tiempo como línea cronológica (para lo cual debemos ser siempre uno a la vez, primero no bueno, y después bueno, pero no simultáneos),o mejor si no lo tomamos así, no seríamos uno y luego otro, sino que seríamos todos los seres a la vez, o sea multiplicidad de seres al unísono. Y si están al unísono, eso se acerca muchísimo al ser uno. Pero siendo todos. Entonces seríamos todos los seres y uno a la vez. Y esto me resulta contradictorio.
Y si lo tomamos como línea cronológica, ¿que hay entre ser macho y ser no macho?. Porque no somos los dos a la vez, así que somos uno y luego el otro, pero entre medio de ambos, ¿que pasa con la transformación? ¿acaso no es tiempo también?, ¿Y si es tiempo no debería ser un punto chiquitito de ser?. Entonces habría macho, machomenos, no macho. Pero, entre macho y machomenos, ¿no hay una transformación también?. Entonces, es infinito, nos conduce a infinitud de divisiones, porque el tiempo en si es infinitamente divisible, por lo menos como lo concibo mirando mi casio del 91 que no tiene segundero. Desde el lado no cronológico hay una contradicción, y desde el cronológico una aporía.
La cosa es, simplificando, que la primera “hipótesis” “te juzgas crudamente sin considerar que hay tiempo”, me lleva a pensar que no hay posibilidad de juzgarse porque no hay ningún principio al cual fallar. Entonces, no seríamos un ser, sino muchos sucesivos, lo que debería tranquilizar a cualquier macho que se haya depilado las cejas.
Pero primeramente, esto es un poema. Esto que estoy haciendo me resulta vil e incoherente. Porque es un poema. Sería como teorizar un solo de saxo. Sería como intentar descubrir que tiene la torta que acabamos de comer y no disfrutarla, por más que tenga clavos de olor hasta en la cobertura. Sería como mirar el chavo del ocho y no reírse porque ya lo vimos antes.
Leamos poemas, escuchemos música, miremos el chavo del ocho. No leamos armaduras de versos, escuchemos estructuras armónicas-melódicas, miremos comedias por interés histórico. Dejemos de matar las cosas para poder hacerles autopsias.

Estamos grandes para estas cosas.

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