viernes, 11 de diciembre de 2009

Simples

Si no te hubiera conocido
no me habría fijado nunca en vos.


Pero de pronto estás
tan impregnada al pasado como los genes,
en cada foto,
en cada frío.


Sos ésta ciudad de bufandas rojas.
Ésta manera cervuna de esconderse por el trigo.


Sos los cafés que extraño cuando el zumbido del mundo cesando
se cierra en insomnio sobre la almohada.



Sos los amigos que ya no son, la juventud que no tengo.




Sos el registro de sol que guardan todas las personas rubias.




Sos un poema de noche, con sueño.




Me gustaría que resultes.
Me importa nada dar de comer a la letra otro dolor increíble:
yo te quiero a vos.


Te quiero desde siempre. Desde hace miles de cuadernos.
Te quiero imperfecta, mala, fea, cruel, lejana.


Pero lo más cerca de vos que puedas.


Estás a un paso de ser
lo que la arena grabó lentamente
gota por gota
en la punta de mis dedos.

martes, 27 de octubre de 2009

Alrededor

Alrededor, en todo momento, descienden las cenizas
de conejos incendiados,
la nieve negra
de la luna menstruando.

Yo camino y es inútil.
Yo sueño con las piernas arqueadas de la ola que rompe
al otro lado del silencio.

Abro, las manos se me llenan de ceniza.
El naranjo equilibrado sobre un brazo de sirena
se eleva como una marioneta indefinida.

El naranjo es el diablo a tres minutos de las doce.

Me siento a contemplarlo, y un árbol dentro mío retrocede.

Una estancia permanente en el palacio de lluvia,
el secreto lento del carbón entre las manos.

Yo ya no camino y es inútil.

Y ya no quiero las luces nerviosas en la yema de los dedos
ni quiero cabellos de polen,
no quiero aún la sangre perdida
que entre las piedras germina para inventar otra rosa
todavía más triste.


Yo ya no quiero nada.


Es el silencio,
la anestesia de agujerearse los oídos
de una música vacía,
la condena al rosario de las lunas
que quedan por talar
para que el verano
se derrumbe.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Miércoles

"sangre del ceibal
que se vuelve flor
yo no se por qué
hoy me hiere más
tu señal de amor"


La noche y la pena
son suficientes
para hundir los pies en la zamba.

Yo que no te veo
estoy seguro
que tus tendones brillan al momento de nombrarte,
y una ciudad de fuego te late entre las sábanas.

Dejáme cantarte de lejos.

Dejáme ésta flama dulce bajo la lengua,
ésta paz de derretirse.

Un perfume morado recorre la curvatura del silencio,
lava la luz,
marca una textura de abismo en la silla vacía.


Yo que no te veo
estoy seguro

de que tus piés se retuercen un poco

y la boca te mata

cuando cantando
te nombro

en voz alta.

domingo, 18 de octubre de 2009

Domingo

Ante el rotundo fracaso de la primera "semana poética" (así llamada por mi carísima poeta yorugua Laura Verónica Alonso), esta vuelta voy a tratar de, aunque sea, completar con algo día por medio.



A pesar de todo
seguimos
a muerte por la luz.

Una hormiga camina en la circunferencia del verano,
una hormiga en los labios.

Algunas de las cosas fundieron el papel
con la incandescencia del celo.

Pero yo sigo,
inválido
rezando en la orilla del sueño
por ingresar al alba.

Afuera, la luna descuelga una melena de peces y plata
a los pies del hornero.

Un sonido mínimo,
un tacón de libélulas que orada la mejilla del agua
baja y quebradiza
como una clavícula en el beso
como los libros guardados.

Estoy en la espuma que sube de las veredas,
en los perros que de noche se diluyen en los árboles.

Estoy secretamente en su frente cuando se incendia.



Toda la mentira existe

solamente

para mirarse sangrar
con la cabeza bien alta.

sábado, 22 de agosto de 2009

Sábado

Abrió la boca bien grande,
dijo 33
y las nubes se veían en el subte de su garganta
arremolinándose,
lustrando pájaros con un golpe de guata.

La besé hasta el vértigo.

Afuera otra tarde arrastraba un vientre de sierpe
sobre los cardos,
dentro de la copa de los árboles
empezaban a puntear
esos pares de gemas tan usuales,
esos
como ojos.

Ella cerró la boca bien lejos
y callaron los llamadores de ángeles.

Tenía en la punta de la nariz
una gota póstuma de sol
que se notaba mucho.

Yo la perdí de vista,
empecé a cavar entre los azulejos
para encontrar su cuerpo.

La boca me nevaba.

Cerca de las ocho
el sillón se enroscó como una bola.

Sólo un pelo quedaba, como un horizonte usado
arqueado en el lavamanos
para tejer
una letra
suya.

jueves, 20 de agosto de 2009

Jueves

Un segundo de la tarde
y el mundo visto desde afuera como una pupila mágica,
la llave circular del agua.

Ella se miraba el ombligo a través del sueter
inspeccionando con los dedos,
cada vez que presionaba
un poco con las uñas
estallaban en arcadas los volcanes de la tierra.

Lejos, la escalera de lata del café
golpeando las ventanas,
y un piano en un cuarto vacío se vuelve toro
sin que nadie lo sepa.

Ella se sigue mirando el ombligo a través de las manos
tres pulpos de vidrio se hamacan
sobre su cabeza
jugando a la mamá,
a embrionar soles de servilleta quemada.

Lejos, un piano en un cuarto vacío
le llora.

Yo nunca.

-Apoyado en la puerta de un cuarto vacío
escribo éstas lineas-.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Miércoles

El sol era una nuez de adán
y adán bailaba
revolviendo un menjurje de palomas y luna
con la punta de la lengua,
adán era desnudo y manso
cuando hormigas de espuma circulaban
en la urbanidad de sus pliegues,
cavaban ciegamente un camino de relámpago,
encordadas de luz
rompían la siesta
con un espasmo.

Adán ponía en blanco los ojos, los ojos llenos de leche
como perlas en el barro,
adán apretaba los puños,
los puños que fueron mano y las manos que fueron eva
cuando
se escuchó el quejido de un ángel masturbándose
a las tres de la tarde
de todas las terrazas,
y una bisectriz de pólvora blanca,

como una vena de dios

como la droga de un astro

lastimó el cielo de esquina a esquina.



Pregunté
pero sólo llovía
delicadamente
y un silencio amanerado
cubría de harina
los muebles.

Pregunté
pero sólo llovía.


A lo sumo

-dijeron-

era una tarde para tocar la guitarra.

martes, 18 de agosto de 2009

Martes

Pretendo forzarme a publicar algo todos los días, para realmente forzarme a escribir algo todos los días. Por ahora, la meta es una semana. A ver que sale.



El cielo se enrula como un ángel epiléptico.

Cerca mío,
las cosas blancas se erizan
cuando la noche trata de lamerlas.

Una nube, infinitamente ofidia
hipnotiza pacientemente a todas las criaturas lentas.

Noche líquida, delicuescente, aceitada por la baba de las ranas.

Entre las manos te quejás
como un gato con fiebre
y me pedís un beso que moriría si te diera.

Noche que habla raro
cuando la aprieto con las uñas como apretara un tajo
obstinado
en irse en sangre
por el agua

noche que hunde sus canoas llenas de oro
en el infinito egoísta
de los aros
y los fuegos deslenguados

noche mamaria

noche a más no poder hembra

con el vientre abierto de cara al sueño y a los perfumes rojizos



noche puta

noche hermosa,

divinamente puta noche

que no me incluye.

domingo, 9 de agosto de 2009

lacosaqueviveenlasombra

Soy patético.
Soy ridículamente sólo.
Soy inconciliablemente sol de palangana,
mal mar
estúpido pájaro entrevisto en la várice del mármol.
Nadie es capaz de amarme
y no soy capaz de que me amen
porque el lobo come carne
y la sangre sangra,
porque en la ciudad cerca de las doce
fluorescen todos mis pasos
espantosamente.

Ay de mí que soy tan yo.

Ay de mí que me quejo tanto
que las paredes de los templos se quiebran
por mi culpa.

Ay de mí que me escribo poemas
Ay de mis poemas que se dejan escribir
Ay de todas las veces
en que grité mi nombre
en una calle en ayunas.

Yo soy el que se queja.
Bienvenidos a mi tumba.
Favor de limpiarse los pies, no hacen falta más motivos
para embarrarme la luna.

Yo soy el que nada lo puede,
el que nadie quiere más que con la punta de los dedos.
Yo soy ese que vuelve a casa
rodeado de perros
como un profeta de chiste.

Soy patético.
Soy ridículamente sólo.
Aburridamente loco.



Soy eso que como de mi cabeza
cuando la hora se clava

como una brújula
que señala

todos los candados de la tierra.

viernes, 10 de julio de 2009

Elijo

Estoy aterrado
pero no porque te amo.

Silenciosa, tu boca inhalará todos tus sonidos
para torcerlos pacientemente
en lo profundo de tu irte,
en lo invernal de tu garganta sin mis ojos.

Yo ando paticorto, mentiro, morido de vos.

Yo ando juntando del pasado la hilera de tus dientes.

Pero no porque te amo estoy
jugando a destruirme.

Ésta vez no.

Porque no me importa si te amo y te golpeo la frente con el largo de mi hambre.
No me importa que te caigas en lo más rojo del grito
que atrapo en un vaso
entre mi mano y el vidrio.

Podes hacer lo que quieras con la violencia de sentirte
acorralada entre todas las tumbas
que germinan
cuando tus pasos despegan
de mi hemisferio
tu mundo playo,
tibio,
doloroso como la leche y la pluma
y la siesta verdosa,
insoportable como la risa.

Podes si querés despedazarlo, desperdigar la carne del trueno
entre los cuatro puntos cardinales.

A mí ya no me importa.

Yo te voy a amar igual, sabélo.

Y te voy a amar sin vergüenza, sin ningún tipo de árbol en los rieles.
Te voy a amar por mí, porque es bueno amar a alguien
porque el que te ame es hermoso cuando chorrea por las manos
y tengo que juntarme de entre los cardos
con la lengua intacta.

...................................

Yo te voy a amar aunque me claves tu espalda

extremadamente lejos de las manos.

...........................................


Te voy a amar porque te amo.

Porque es necesario saber que es inútil


que prefiero

las zarzas

el lino



morir gritando que estuve vivo.

lunes, 6 de julio de 2009

Costa Rica es el país más feliz del mundo

Costa Rica es el país más feliz del mundo
dice una encuesta.

-desesperación azul-

Pesado, lagañas en el beso hermético.

Un infinito sellado donde se escucha el toc toc de pulseras contra el azulejo.

En Costa Rica no pasa.

¿Sabíamos el chasquido, sabíamos acaso de ese poema de babosas
cuando las lenguas titiriteaban de boca a boca?

Si hay alguien que reconozca la miel de entre los vidrios,
me rindo.

Porque seguro

que en Costa Rica no pasa.


No pasa te digo.


En Costa Rica yo estoy sentado

leyendo

poemas de otros.

domingo, 28 de junio de 2009

afelio

Pienso
clavado en la miga de la noche
mientras una bomba rueda por la sutil pendiente del amanecer
y un reventar tímido
de los ojos contra el mármol
espolvorea dendritas de crayón sobre la oscuridad curva.

Pienso
a empujones.

Hay un grosero pájaro jorobado
que se mueve entre los órganos del recinto
desordenándome el asma,
extrae muy despacio, con la punta de sus dedos
la muela de oveja clavada en mi labio
inferior
todo mordisqueado y carroñado de la más dulce forma,
drenado
con el más rojo método para sangrar.

PIENSO PIENSO PIENSO

cuando todo esto me desborda todo
y quedo

uno
por
uno
uno





(((nene mudo)))





-la alcoholemia de un silencio

perfecto y rubio-

viernes, 26 de junio de 2009

Dripping - llamadoalasolidaridad

Ya no queda nadie
no queda nadie
cuando ésta urgencia de derretirme
me salpica sorda
y pronto soy una mancha en la pared
escurriéndose,

líquido grave,
mucha más sangre al corazón de la tierra.



a .......u......... x......... i........... l .........i .........o



Desde lo alto, pendo, como una horca con cuello.

miércoles, 7 de enero de 2009

.........................................................................................
..........................-Si fuera jacarandá… ¿Me mirarías?-



Jacarandá.

La luz raquídea que afila el contorno de los dedos

te nombra con los pies mojados.


Jacarandá, a medias,

coagulando la punta de la lengua con un oro tibio,

un oro pastoso de estrella derretida.


Hoy, una altura pecosa de perlas se fuma la noche

con un raro gesto de caníbal.

Yo estoy debajo,
latiendo.

Mis nervios se lanzan verticales a enraizar la garganta de la tierra

y creo por fin sentirte.

Entonces
me aluno y vibro,
........................grito,
............................gruño en la dulzura de saber decir tu nombre
...................................................con los dientes apretados:

Jacarandá

Jacarandá

Jacarandá
Jacarandá
Jacarandá

cuan bello duele tu nombre

que sube aceleradamente por el sexo de mis venas

abriéndome la sangre,


bárbaro, inmenso,

violentamente tibio

jacarandá.





La última gota de luna formó este océano blanco

en la palma de tus manos.