miércoles, 19 de agosto de 2009

Miércoles

El sol era una nuez de adán
y adán bailaba
revolviendo un menjurje de palomas y luna
con la punta de la lengua,
adán era desnudo y manso
cuando hormigas de espuma circulaban
en la urbanidad de sus pliegues,
cavaban ciegamente un camino de relámpago,
encordadas de luz
rompían la siesta
con un espasmo.

Adán ponía en blanco los ojos, los ojos llenos de leche
como perlas en el barro,
adán apretaba los puños,
los puños que fueron mano y las manos que fueron eva
cuando
se escuchó el quejido de un ángel masturbándose
a las tres de la tarde
de todas las terrazas,
y una bisectriz de pólvora blanca,

como una vena de dios

como la droga de un astro

lastimó el cielo de esquina a esquina.



Pregunté
pero sólo llovía
delicadamente
y un silencio amanerado
cubría de harina
los muebles.

Pregunté
pero sólo llovía.


A lo sumo

-dijeron-

era una tarde para tocar la guitarra.

1 comentario:

Estefanía Cazaux dijo...

quiero ver doalogos tuyos... que inventes dialogos, a ver si me gustan..