sábado, 26 de mayo de 2007

Autoboicot

Soy siempre contrario a mi mismo. Es más, soy rubiamente morocho. Mis claros ojos negros así lo prueban. Este espacio mismo es una cruz tachándo mi palabra.
¿Puedo traicionarme siendo algo que no sé que es? ¿Alquien me conoce verdaderamente? ¿Me presenta?.
Somos contrarios a algo que puede llegar a ser contrario a ese algo que somos siendo contrarios. ¿Puede realemente traicionarse uno mismo? ¿Hay rey al cual vender patria? ¿Hay un rockero cantando temas de Roxette? ¿Hay un león comiendo brócoli?.
Somos siendo muchos seres, o somos. Hay veces en que me enjaulo en mi soy y me tranquilizo, sé que no puedo perderme y me voy por ahí silbando temas de sin banderas. Hay veces en que creo que soy a cada segundo y me manejo con un brazo en alto, sosteniendo una lupa desde la cual no puedo mirarme. Se me ocurren un par de autores, y cuando digo un par me refiero a dos, que postulan esta dicotomía. Pero me importa un rábano. Me importa un yo mismo.
Si somos monedas corrientes, ¿seríamos todas monedas de un centavo?, ¿habría alguno de un peso?,¿Nos afectaría la devaluación? En este caso, el déficit fiscal nos haría ser a cada momento, ser cada vez menos onerosos, pero ser cada vez menos.
Voy a comprar un chicle con mi esencia. Espero que me alcance. Si siempre soy, descubriré que me alcanza para un bazooka aunque quiera un bobaloo. Si soy a cada momento, tal vez algún día llegue a comprarme un tofi.


Mientras tanto, si alguien realmente me ve, mándeme saludos de mi parte.