martes, 4 de noviembre de 2008

silencio glauco

Silencio glauco.

El cigarrillo endereza una cobra de humo.

Nosotros permanecemos.

Desvaídos en un templo de aceite.
Celando el metabolismo de las piedras.
Largos sobre la tierra como una raíz expatriada, encarcelada en la intemperie.

Nosotros permanecemos
y es difícil que una sílaba verde no abandone nuestros labios.

Permanecemos tirando al aire los ojos, atajándolos, volviéndolos a tirar.

Permanecemos contando los búfalos que nos caminan en el filo de la nariz.

Permanecemos aunque la noche nos rasque la cara a lo bestia.

Nosotros permanecemos, si.

Y si un niño pierde su talismán,
si un sol cuadripléjico niega los escalones hasta el alba
y el mañana se inscribe
en la fosa común de todos los unicornios,
nosotros permaneceremos
mordiendo los tobillos de la estrella que quede en pié.


clavados a ésta última noche

mientras podamos

nosotros permanecemos.

4 comentarios:

colorprimario dijo...

La permanencia aquí parece la única opción o la más estóica, según se mire. Permanecer, para mí, es vivir de cara a lo esencial, a lo importante, a lo que dicta la conciencia de quien no quiere estar en otra parte. Y lo importante es Ser. Ser sin aferrarse a lo que pasa ante nosotros.
Nosotros permanecemos... Puede que toda lo poesía se resuma en un claro intento de perdurar. Aunque, al final, son las letras, no nosotros, lo que permanece en pié en la difusa frontera de la vida y la muerte.


Saludos Fede,

D.

laveron dijo...

¿Sí?...tal vez. la poesía prevalece, aunque la de estos tiempos...tengo mis dudas.
no sé, para mí la poesía ya no puede afirmar nada, ni siquiera el grano de arena que nombra.
un beso desde Montevideo!

Laura

J. dijo...

Mjm (!)

Anónimo dijo...

Mas allá de la belleza de ciertas imágenes, me gustó mucho la idea. Se te ve el corazón en esta.

"mordiendo los tobillos de la estrella que quede en pié."
"Permanecemos aunque la noche nos rasque la cara a lo bestia."
Sin palabras que agregar.