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..........................-Si fuera jacarandá… ¿Me mirarías?-
Jacarandá.
La luz raquídea que afila el contorno de los dedos
te nombra con los pies mojados.
Jacarandá, a medias,
coagulando la punta de la lengua con un oro tibio,
un oro pastoso de estrella derretida.
Hoy, una altura pecosa de perlas se fuma la noche
con un raro gesto de caníbal.
Yo estoy debajo,
latiendo.
Mis nervios se lanzan verticales a enraizar la garganta de la tierra
y creo por fin sentirte.
Entonces
me aluno y vibro,
........................grito,
............................gruño en la dulzura de saber decir tu nombre
...................................................con los dientes apretados:
Jacarandá
Jacarandá
Jacarandá
Jacarandá
Jacarandá
cuan bello duele tu nombre
que sube aceleradamente por el sexo de mis venas
abriéndome la sangre,
bárbaro, inmenso,
violentamente tibio
jacarandá.
La última gota de luna formó este océano blanco
en la palma de tus manos.
Escena diurna
Hace 14 años